jueves, 27 de septiembre de 2012

LA HORA DEL CABERNET FRANC, Revista Dionisos Perú




Con el malbec ya posicionado como cepa emblemática de Argentina, la viticultura albiceleste mira hacia otras uvas para desplegar un portafolio mas interesante y no aburrir con lo mismo. Una de las vitis vinífera que viene dando muy buenos resultados es el Cabernet Franc, que se está convirtiendo en el nuevo objeto de deseo para los bebedores.


Aunque algunos aún  no se aventuran en  consumirlo como varietal simplemente  por cuestiones de gustos o desconocimiento, el vino de cabernet franc cuando está bien conducido tanto en viñedos como en bodega, se torna un varietal sabroso, con una elegancia aromática y en boca tiene taninos muy finos. En el mercado peruano podemos encontrar etiquetas californianas, por allí algunas canadienses en ice wines, pero en nuestra región los que están dando en el clavo con esta tendencia sin duda son los argentinos.
Ellos luego de virar hacia otras cepas con tintos ligeros como el Bonarda (segunda cepa mas plantada en Argentina y que en el 2008 gozó de un redescubrimiento por sus altas exportaciones) y el pinot noir posicionándose en un segmento mas in, pegaron la atención al cabernet franc, aquella cepa muy de moda en los ochentas para los blends de alto rango y de colección.   “El cabernet franc es una variedad más antigua que el cabernet sauvignon. De hecho, es su padre biológico. Los estudios realizados sobre ambas afirman que hacia el siglo XVII los vignerons franceses buscaron una alternativa al franc, que en Bordeaux y en el Loire solía sufrir ataques de oídium y peronóspora –dos hongos que descomponen la uva-, dado que sus granos son de piel delgada. Para evitar esos inconvenientes comenzaron
a cruzar cabernet franc con diversas cepas. La que mejor funcionó fue la que resultó del sauvignon
blanc: de ese cruzamiento nace el cabernet sauvignon, una uva de piel más robusta y más tánica –ergo, más resistente a los hongos-, de ciclo largo, pero con una aromática menos expresiva y que con los años le haría sombra a su padre, ya que resulta más fácil de cultivar, al menos en Francia”, cuenta el periodista argentino especializado en vinos Joaquín Hidalgo.
Como mencionamos líneas arriba, el cabernet franc siempre fue una cepa para los grandes cortes en
Bordeaux (Francia), pero recién a fines de los 90 tuvo una coquetería con los enólogos argentinos, es
así que a inicios del 2003 algunas bodegas como Viñas de Narváez.

Finca Morera o La Celia se aventuraban a etiquetar cabernet franc varietal. Hoy en día ya es una moda entre las bodegas de por aquí y por allá, encontramos varietales del franc en Uco, Luján de Cuyo, Cafayate y hasta Río Negro y Neuquén en Patagonia.
Esas notas no tan fuertes en boca a comparación del cabernet sauvignon, son como chupetes para un niño, y si lo llevamos a nariz las frutas rojas muy refinadas y las especias llaman a más. “Esta cepa también cuenta con otras denominaciones, entre las que se conocen Bordo, Bretón, Capbretón, Bouchy y Verón”, añade el sommelier rioplatense Horacio Bustos.
“Lo más destacado -prosigue Horacio- es que una investigación más reciente, del Institut FranÇais
de la Vigne et du Vin, señala que el merlot también descendería del cabernet franc, con lo que uno
pensaría que no necesariamente, la fama y el esplendor de los hijos, va a ensombrecer la presencia y la
personalidad del padre, sino que muchas veces la enaltece. Algunas características que presenta el cabernet franc es que se adapta muy bien a climas fríos, madura antes que el cabernet sauvignon, siendo más vigorosa, pero con menos taninos que su descendiente, tiene una menor acidez, posee piel fina,
los racimos son pequeños, de forma alargada y muy compactos, y unas bayas pequeñas que se cultivan con gran éxito, no solo en Francia, sino también en Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Argentina, Chile, e incluso en los Estados Unidos”, remarca Bustos con claridad.Una de las bodegas que apostó por el cabernet franc fue Pulenta Estate, enclavada en Alto Agrelo (Luján de Cuyo, Mendoza) con muy
destacados resultados. Es más, las guías de vinos en Argentina siempre lo recomiendan. Dionisos visitó a Diego Pulenta, export manager, para conocer su cabernet franc. “Nuestro cabernet franc es
un vino muy especial para la bodega. Por el año 2004 fue que empezamos a producirlo como 100% varietal. Y por suerte nos ha dado muy buenas satisfacciones, como los 96 puntos de Robert Parker 
para nuestra cosecha 2006. Como variedad, es muy complicada para su manejo. Los trabajos desde el
viñedo son especiales. Se hace un raleo muy cuidadoso para lograr la uniformidad en la madurez.
El punto justo de cosecha es muy importante para lograr un vino equilibrado. Es una variedad de mucha
expresión”, nos cuenta Diego Pulenta en su cava subterránea Diego, cuarta generación de toda una estirpe de bodegueros, aclara que cosechar la cabernet franc muy temprano implicaría demasiados aromas verdes y una boca muy astringente. Cosecharlo pasado su punto justo daría frutos sobremaduros y una boca con gustos quemados. Por ello, es esencial su punto de madurez. Para elaborar este varietal en Pulenta Estate se hace una doble selección al recibir la uva. Primero seleccionan racimos y posteriormente los granos. Se hacen micro fermentaciones tanto en acero inoxidable como en barricas de roble francés. Se produce maloláctica en barricas y para finalizar, pasa de 16-18 meses en cava. “Creemos que el cabernet franc argentino va a dar que hablar en los próximos años.
Se adaptó y encontró una excelente casa en Agrelo, Lujan de Cuyo. Y creo que eso es primordial para la calidad final del vino”, finaliza Diego Pulenta. “Cuando la bodega nació en 2002 en Agrelo, Luján de Cuyo, elaboró un Franc que llegó a ser legendario. A la fecha producen unas 12.000 botellas de este tinto
seco, que se venden muy bien dentro y fuera de la Argentina. También tienen una versión tardía, que por
ahora está agotada”, puntualiza Joaquín Hidalgo, reconocido periodista de vinos argentino.
Está bien, el cabernet franc crece mucho en el mercado extranjero,
pero ¿por qué es tan amado y deseado? ¿Cuáles son esas características que tanto destacan en una
copa? Horacio Bustos tiene la respuesta: “En el aspecto visual el cabernet franc tiene menos color que
el cabernet sauvignon (que parece haber adoptado los pimientos y el cassis de su padre, pero con mayor
intensidad), destacándose sus aromas frutales y marcadamente aromáticos. Se suele encontrar algunas veces a toda la familia reunida, y en ocasiones ambos cabernet comparten un mismo espacio, quizás con la idea de ir atemperando a su indomable descendiente, que
a pesar de su intempestuosidad, ha ido madurando y asimilando gestos y conductas, y sobre todo
un respeto tal, que les permitió a todos convivir juntos para regalarnos una innumerable cantidad de agradables y reconfortantes sensaciones y emociones”, remarca el sommelier.

Una de las sorpresas que viene dando el cabernet franc en Argentina es por el varietal de Bodega del
Desierto, ubicada en 25 de Mayo, Alto Valle del Río Colorado, en La Pampa, una de las regiones que está iniciando a producir vinos y con éstas sorpresas. En La Pampa el clima es árido continental y templado. Tiene una amplitud térmica que ronda los 26° C y con precipitaciones anuales de 220 milímetros. Sus viñedos se encuentran a 340 metros sobre el nivel del mar a los 37° 45¨ latitud sur, 67° 05¨ longitud oeste. El suelo de esta bodega es de origen aluvional con capas de arena y piedras, poco profundo y de muy buen drenaje. La ubicación geográfica, dadas las características del suelo y del clima, así como en el aprovisionamiento de agua que brinda el Río Colorado, permite que la zona sea apta para desarrollar el cabernet franc.“Nuestra bodega es muy conocida por sus cabernet franc porque la segunda cosecha (2005) con este varietal obtuvimos la primera Gran Medalla de Oro para un vino argentino en el concurso Mundial de Bruselas 2007. A partir de esto otras bodegas de Patagonia empezaron a plantar este varietal. Verdaderamente en las dos líneas que tenemos siempre han sido excelentes vinos, el último reconocimiento fue para el Desierto 25/5 Cabernet Franc 2009 con score 90 puntos en Wine Spectator.
Nuestro enólogo es Sebastián Cavagnaro y tenemos de consultor a Paul Hobbs y el ingeniero agrónomo es Enzo Mugnani, que lleva la finca junto a Sebastián”, nos cuenta Gabriela Millán, gerente de exportaciones de Bodega del Desierto durante un almuerzo en el restaurante La Cabrera en Palermo. “Este es uno de los franc mejor logrados entre los que están a tiro de bolsillo. Lo curioso es que proviene de 25 de Mayo, una localidad remota de la provincia de La Pampa, donde la casa apostó fuerte por este varietal con el que suele destacarse. Tiene una trama muy fina al paladar y el andar sabroso y frutal que te gustará”, aclara Hidalgo, quién publicó un artículo sobre los mejores franc para la revista Planeta Joy. Otros franc muy buenos que destaca Hidalgo son, por ejemplo, La Celia Reserva 2006. “Es un tinto que lleva la impronta de la madera aunque consigue tener el paso suelto y fresco. Sobresale de la media por su buena estructura, y te gustará si te conmueven los vinos con intensidad de sabor y en un punto rústicos, un rasgo que a este varietal le da profundidad. Compralo y verás lo que te decimos”.“El Desierto Pampa Cabernet Franc 2006, el otro de la bodega pampeana que merece ser probado, en este caso como un buen representante de la vanguardia estilística para el franc. Lanzado el año pasado, consigue precisamente lo que muchos tintos fallan en conseguir: un paladar de alto impacto con paso amable, junto a una aromática cargada y frutal, que te engancha a beberlo. Otro que me gusta es el Cabernet Franc 2007 de la patagónica Bodega del Fin del Mundo. 
Recientemente aparecida, esta gama de vinos encuentra en el cabernet franc su mejor exponente. Los viñedos apenas tienen cuatro años, lo que representa una gran promesa para la región de San Patricio del Chañar, en Neuquén, ya que este es el primero de una serie de varietales franc que pronto verán la luz en la región”, recomienda Hidalgo.
Finalmente, Horacio Bibiloni, enólogo de la bodega Humberto Canale en Patagonia, durante la visita
de Dionisos nos explica como trabajan sus cabernet fran que también le está dando muchas satisfacciones. “Nuestros cabernet son 100% varietal, provienen de nuestros viñedos propios de en General Roca, Alto Valle de Río Negro, todo en Patagonia. Los suelos son franco limoso,  pH: 7,5 a 8. Sin piedras ó cantos rodados en superficie. Tienen presencia ocasional de rodales pedregosos que aumentan la capacidad de drenaje. En cuanto al clima de esta zona es templado desértico con una temperatura  media anual de 15ºC.  El promedio de lluvia es de 197,7 mm. La amplitud térmica en los meses de precosecha y cosecha es de 18 ºC. Se reciben vientos del Oeste,intensos, secos y frescos que colaboran en la sanidad del racimo del cabernet franc. Estas vides las regamos de forma gravitacional,  en canalillos ó melgas. El agua proviene del deshielo de Los Andes, es de alta calidad y pureza. Por ello tenemos una gran fruta, que la trabajamos a conciencia desde que las plantamos”, revela Horacio.
Su cabernet es muy bueno realmente, y todo viene desde las viñas. Al franc lo conducen en cordón pitoneado bilateral (VSP), su época de cosecha es mediados de abril por la fragilidad de su piel.
Todos estos elementos dan un gran vino. Así, como lo ven, desde Patagonia hasta San Juan, al
norte de Mendoza, los cabernet franc argentinos están marcando una presencia en el mercado que
el consumidor local e internacional está aprendiendo a valorar. La diferencia y elegancia que demuestra esta cepa en una copa es sensacional, que las narices mas finas saben apreciar. Así que cada vez
que vea un cabernet franc en una góndola, pierda el miedo y cómprela, les aseguramos que quedará encantado.
Por John Santa Cruz @josancru






Nota publicada en la Revista Dionisos de Perú, por el periodista John Santa Cruz

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