viernes, 25 de marzo de 2016

Un recurso indispensable y no renovable


Representa 70% de nuestro cuerpo y es vital para mantenernos sanos. Por eso hay que estar bien hidratados y no desperdiciarla .


Aunque el nivel de conciencia sobre el uso racional del agua se ha incrementado en los últimos años, la mayoría de nosotros debemos esforzarnos a diario para incorporar el hábito de no desperdiciarla. Paradójicamente, en lo que al consumo se refiere, las cantidades son mucho más limitadas y en un gran porcentaje de la población no alcanzan la ingesta diaria recomendada. ¿Cómo combinar ambas costumbres para preservar nuestra salud y la del medio ambiente?
“Luego de la necesidad de oxígeno que nos lleva a respirar para reponer el consumo celular del mismo en el metabolismo, la segunda necesidad más urgente es la reposición de agua”, dice en un estudio de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) Esteban Carmuega, pediatra y director del Cesni. Es que 70% de nuestro cuerpo es agua, y en este contexto los profesionales médicos proponen, como parte de una alimentación saludable, estar bien hidratados.
“Se aconseja para la población general ocho vasos de agua por día, siendo el agua la principal fuente de hidratación, ya que esta es esencial para los procesos fisiológicos”, comenta la doctora Zulema Stolarza, nutricionista y presidente de la SAN. Lejos quedó la época en que nos enseñaron que el agua es incolora, inodora e insípida, ya que según el sommelier Horacio Bustos, en las aguas se pueden percibir diversos sabores, que son aportados por los diferentes minerales que se encuentran en cada una de ellas (Sodio, Calcio, Magnesio, Bicarbonatos y el pH).
La hidratación tiene múltiples virtudes para el organismo, entre ellas, prevenir problemas renales y ayudar al descenso de peso, además de mejorar el estado cognitivo y mantener la piel hidratada. Además, con un lavado adecuado con agua potable se pueden eliminar bacterias peligrosas y otras sustancias no deseadas que pueden estar presentes en las superficies exteriores de las frutas y verduras. “En ese sentido, recomendamos lavar las frutas y verduras frotándolas bajo un chorro de agua potable, no usar jabón ni detergente, cortar y desechar las partes magulladas de los alimentos y las verduras de hoja lavarlas por separado”, detalla la doctora Analía Yamaguchi, médica clínica especialista en Hipertensión arterial y miembro de la SAN.

Gracias al Diario Muy por la entrevista

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